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domingo, 21 de febrero de 2016

¿Qué quiso decir el Papa?


Por Eduardo Martínez Benavente

Sería muy presuntuoso de mi parte querer ofrecer en este breve espacio un análisis completo de la visita del Papa Francisco a nuestro país, cuando abordó tantos temas y pronunció más de una docena de discursos y homilías que habrá que examinar con todo detenimiento para entenderlos, por lo que me veo reducido a comentar dos o tres eventos de este histórico acontecimiento. Creo que algunos de sus pronunciamientos sólo son comprensibles para los grupos privilegiados de la sociedad, e incomprensibles para la mayoría de los mexicanos que a duras penas subsisten con las miserias que reciben por su trabajo. Por ejemplo, cuando hace referencia a las familias: "Prefiero una familia que una y otra vez intenta volver a empezar, a una familia y sociedad narcisista y obsesionada por el lujo y el confort. ¿Cuántos chicos tenés? No, no tenemos porque claro nos gusta salir de vacaciones, ir al turismo...". En la primera parte de su exposición creo que todos podríamos coincidir, pero nunca en la segunda porque existe un distanciamiento abismal, en lo económico y social, entre los que se pueden dar estos gustos y las decenas de millones de mexicanos que ni piensan en ellos porque son totalmente ajenos a los mismos. La información que originó su visita es muy abundante y difícil de interpretar en muchas partes. Para algunos de nosotros que hemos perdido la fe o para los no creyentes resulta inaccesible el lenguaje religioso y en concreto las referencias teológicas, incompatibles con las verdades científicas. ¿Cómo puede ser que a través de la oración pueda alcanzarse tal o cual objetivo?

Entendemos que no haya hecho alusiones personales en sus intervenciones, aunque como nos hubiera gustado que las hiciera, pues su recorrido pastoral por el país disfrazado de visita de Estado no se lo permitía. Tuvo que ser en el vuelo de regreso a Roma para referirse indirectamente al sensacionalista y xenófobo candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, de quien se lamentó que "no es cristiano" que una persona solo piense en construir muros. El trabajo de identificación de los personajes que criticó el Papa corresponderá hacerlo a los analistas y al clero comprometido con los problemas sociales, quienes tendrán la oportunidad de exhibir a éstos y a otros más citando los textos del Papa para darle credibilidad y fuerza a sus denuncias. No me cabe la menor duda que en este encuentro el Presidente de la República y el Obispo de Roma se utilizaron. Los dos sacaron provecho de la visita, aunque creo que el Papa Francisco sacó la mejor tajada, pues sus intervenciones y recorridos tuvieron una difusión e importancia extraordinaria que llegaron a todos los rincones de la República y a otros países. Peña Nieto tendrá que esperar la evaluación trimestral que practican las casas encuestadoras con mayor credibilidad para ver si sus bonos subieron con el protagonismo desaforado y ofensivo de los seis encuentros en los que se lució al lado del Papa. La aprobación ciudadana al mexiquense había caído al 35% a la mitad del sexenio e iba en picada. Sería muy triste que los mensajes y enseñanzas del Pontífice pronto se olvidaran.

Creo que muchos mexicanos seguimos lamentando que el primer Papa latinoamericano no haya escuchado a los familiares de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa ni a las víctimas de los clérigos pederastas, aunque más tarde quiso justificarse en la rueda de prensa que dio en el vuelo que lo llevó de Ciudad Juárez a Roma, argumentando que se produjo algún intento por su parte, pero que se descartó después de constatar la cantidad de grupos que se decían representar a las 43 familias, “incluso enfrentados entre ellos”, y de que resultara “prácticamente imposible recibir a todos”. Me extraña esta explicación porque la Procuraduría General de la República no ha tenido problemas para reconocer a los representantes de ese grupo en las múltiples ocasiones en que se han reunido para informarles de los avances de la investigación. Creo, más bien, que el gobierno lo engañó con esta versión para que no los recibiera en audiencia privada. El silencio que guardó durante su gira para condenar públicamente a los clérigos pederastas y sus encubridores quedó reparado con la advertencia que les hizo a los obispos en el mismo vuelo, en el sentido de que debían renunciar a sus cargos aquellos que movieran a los pederastas de una parroquia a otra. 

¿A qué conflicto se refería José Mario Bergoglio cuando en la Catedral Metropolitana llamó a la unidad del Episcopado?  "Si tienen que pelearse, peléense, si tienen que decirse cosas, se las digan, pero como hombres, en la cara y como hombres de Dios que después van a rezar juntos". Ha trascendido que el motivo del regaño fueron las intrigas por el desplazamiento del Cardenal Norberto Rivera de la organización de la gira papal que quiso aprovechar en beneficio propio y de sus amigos de las elites empresariales y políticas del país. En ese mismo evento pidió a los obispos no tener miedo a la transparencia, pues La Iglesia no necesita de la oscuridad para trabajar. Creo que su exhorto está dirigido a que contribuyan con las autoridades cada vez que reciban una denuncia en contra de algún presunto cura pederasta para que se les investigue; y no a ventilar sus ingresos y egresos, a lo que no están obligados mientras no reciban recursos del gobierno. La Iglesia es muy reservada en esta materia, aunque debo reconocer que el arzobispo emérito Luis Morales Reyes ordenó al patronato que se encargó de recaudar fondos para la adquisición del carrillón o grupo de campanas musicales  de Catedral, que nos entregara la información con los nombres y montos de los donantes, entre los que aparecían el gobierno de Toranzo y Victoria Labastida, como los contribuyentes más generosos.

A pesar de todas las críticas que se le puedan hacer al Papa por su visita a nuestro país y de que la pareja presidencial se haya montado sin ningún pudor en varios de los eventos, podemos concluir que su presencia fue positiva y muy alentadora para la mayoría de los mexicanos.


sábado, 13 de febrero de 2016

¡Bienvenido a la antesala del infierno!


Por Eduardo Martínez Benavente

Es muy aventurado poder opinar sobre el éxito o fracaso de la visita papal a nuestro país cuando esta columna la estoy enviando para su publicación una hora antes de su arribo al aeropuerto de la Ciudad de México. Sin embargo, me atrevo a predecir que nada extraordinario va a ocurrir y que todo se va a desarrollar normalmente de acuerdo al programa establecido. Cuando mucho recibirá en audiencia privada, y fuera de la agenda, a los familiares de los 43 normalistas desaparecidos. Es un encuentro que no puede eludir pues sabe que este suceso ha calado profundamente en amplios sectores de la sociedad y ha acaparado la atención de todo el mundo. Sería un agravio no escucharlos y dirigir -por lo menos- una oración por sus hijos. No dudo que de la misma manera reciba a un grupo de víctimas de la pederastia clerical. Les pedirá perdón e insistirá en la vergüenza que provocan estas conductas para la Iglesia y su compromiso de cero tolerancia para los agresores sexuales y sus encubridores. Es imposible satisfacer todas las demandas de los católicos, desde los más conservadores a los que les gustaría que la misa se volviera a impartir en latín, hasta los más radicales que están a favor de la aprobación del aborto y del matrimonio entre personas del mismo sexo.

Sería muy decepcionante que sus mensajes no estuvieran acordes a las circunstancias que vive el país cuando está bien informado de lo que ocurre y sabe que se adentra a una tierra de volcanes en erupción. Francisco encontrará una nación convulsionada y dolida por la violencia, la pobreza y la corrupción. Aunque creo que la mayoría de los mexicanos quedará contento con su visita una vez que el jesuita se arrodille a los pies de la Virgen de Guadalupe en el Tepeyac y exprese su cariño por México. Pocos entenderán el contenido de sus impecables discursos y homilías. Sería un desperdicio si no aprovecha la oportunidad para improvisar o comentar sus intervenciones cuando comparte la misma lengua que el auditorio. Verlo pasar en el papamóvil será motivo de regocijo para millones de admiradores y curiosos que saldrán a su encuentro y más para aquellos que asistan a alguno de sus eventos y lo vean de cerca o hagan contacto con él. Su presencia es para muchos sobrecogedora y hasta motivo de llanto. Repruebo, creo que como muchos otros mexicanos, la apropiación y desmedida cobertura que ha hecho Televisa y otros medios de comunicación de la figura papal, como si se tratara de un bien de su propiedad o de un medio para distraer al pueblo de sus verdaderos problemas. Confío en que máxima autoridad de la Iglesia Católica no permitirá que Norberto Rivera y la pareja presidencial se exhiban junto a él más allá del tiempo indispensable. Son personajes incómodos para la mayoría de los mexicanos y Francisco conoce las acusaciones que pesan sobre el arzobispo primado de México por encubrimiento y por su comprometedora relación con la clase política y empresarial; así como de la investigación donde se documenta y expone con gran detalle, la fórmula con la que la cúpula eclesiástica, encabezada por el Cardenal, incurrió en múltiples irregularidades y alteraciones para anular el matrimonio de la actriz Angélica Rivera permitiéndole contraer matrimonio religioso con quien se perfilaba para ser presidente de la República, como parte de un espectáculo que tenía la finalidad de granjear las simpatías de los católicos mexicanos.

Nada de descortesías ni mensajes cifrados ofensivos. Nada parecido a aquel incidente en el que el sacerdote y revolucionario sandinista Ernesto Cardenal fue increpado severamente por Juan Pablo II durante su visita oficial a Managua en 1983, frente a las cámaras de televisión que transmitían el evento a todo el mundo. El partidario de "una revolución desprovista de venganza" y defensor de la Teología de la Liberación narra que el Papa se le acercó y no le permitió que le besara el anillo y blandiendo el dedo como si fuera un bastón le dijo en tono de reproche: "Usted debe regularizar su situación". Un año más tarde el Papa lo suspendía a divinis del ejercicio del sacerdocio por desempeñar al mismo tiempo el cargo de Ministro de Cultura de ese gobierno. Treinta años después, el Papa argentino desautorizaba el castigo y derogaba el decreto. Es comprensible la actitud del polaco por provenir de un país que había sufrido la opresión y cancelación de todas las libertades, primero con los nazis que invadieron su patria e inmediatamente después con los rusos que implantaron el comunismo. Nadie mejor que él sabía lo que era padecer regímenes totalitarios y bárbaros. Por eso su tenaz oposición a cualquier intento de darle cabida a movimientos de esa naturaleza.


La beatificación de monseñor Oscar Romero, acusado por la ultraderecha de agitador y subversivo, y quien fuera arzobispo de San Salvador, asesinado en 1980 en plena misa por un francotirador a sueldo y elevado a los altares el pasado 23 de mayo, es otro acto de justicia con el que el Papa Francisco reivindica a aquellos sectores progresistas de la Iglesia Católica que fueron satanizados y valora la opción preferencial y solidaria por los pobres como un instrumento al que tantos le dedicaron lo mejor de sus vidas. Este reconocimiento que tuvo un claro trasfondo político nos llenó de alegría y satisfacción a millones de creyentes y no creyentes -a los que hace 36 años nos conmocionó el magnicidio- porque consideramos que se trata de un revés que le dio a la derecha que tanto daño le ha hecho a la Institución. Después de varias décadas en las que las elites más conservadores se dieron a la tarea de excluir de la jerarquía eclesiástica a los sacerdotes identificados con esta corriente, renace la esperanza de que el grupo de luchadores sociales que sobrevive salgan del aislamiento al que han sido relegados y le den a la Iglesia una orientación de acuerdo al verdadero cristianismo. Su próxima visita a San Cristóbal de las Casas y su compromiso de rezar ante la tumba del obispo don Samuel Ruíz, defensor de los pueblos indígenas en Chiapas, confirma esta teoría porque repara de alguna manera las afrentas que sufrió el religioso por parte del alto clero mexicano, a quien se le impidió llevar adelante su labor pastoral indigenista desde su cultura. 

sábado, 6 de febrero de 2016

¿De dónde viene el dinero?


Por Eduardo Martínez Benavente

Hay una pregunta que cada vez más potosinos nos hacemos: ¿De dónde provienen los recursos que se están aplicando para atender los programas asistenciales que ha activado el alcalde Ricardo Gallardo Juárez, si el Cabildo municipal sólo le autorizó una partida presupuestal destinada a "ayudas sociales a personas" por 4 millones 427 mil pesos para todo el ejercicio fiscal del 2016, y otros 8 millones 955 mil pesos que se distribuirán entre becas y programas de capacitación, ayudas a instituciones de enseñanza y a instituciones sin fines de lucro; así como ayudas a entidades de orden público y para desastres naturales y otros siniestros? ¿Cómo es posible entonces que en los tres primeros meses de la administración gallardista, con las finanzas quebradas, haya gastado casi 320 mil pesos diarios en "ayudas sociales a personas"?  Veintiséis veces más de lo que se podría erogar mensualmente con los recursos autorizados para el 2016; como se puede verificar en el informe financiero municipal correspondiente al cuarto trimestre del 2015. La cantidad autorizada para gastar en el 2016 es evidentemente falsa e insostenible, así como la del último presupuesto de egresos del ex alcalde Mario García Valdés, que se modificó dos meses antes de que concluyera su mandato destinando una partida de casi 107 millones de pesos para cubrir las "ayudas sociales a personas". Para alcanzar esa cifra se sumaron arbitrariamente los descuentos otorgados a los contribuyentes por concepto de Impuesto Predial y multas de tránsito, como si se tratara de un egreso, lo que les permitió falsear la contabilidad gubernamental. El presupuesto de egresos debe ser un cálculo razonable de lo que se pretende gastar. Nunca un disparate. Debe coincidir con el presupuesto de ingresos. Y el inmediato anterior, una vez actualizado o modificado, debe servir de referencia para elaborar el nuevo.

Las pistas que va dejando el dinero son los medios más efectivos para ir conociendo los aspectos oscuros de esta administración que desde un principio ha mostrado su rechazo a la transparencia y rendición de cuentas, al grado de negarle a un peticionario de información pública algo tan elemental como son los nombres de los representantes de las empresas que pagaron el programa "Fiesta de Luz", y por haber prorrogado el plazo para contestar otra solicitud con el que quiere ganar tiempo para calificarla como reservada. En esta solicitud se le pidió una copia simple de la relación de empresas y/o empresarios que aportaron recursos, en especie o en efectivo, para la realización del programa "Posadas Navideñas 2015", mediante el cual se repartieron 40 mil cobijas, 200 mil juguetes y un número indeterminado de despensas en distintas colonias de la ciudad. El presidente municipal manifestó que no tiene por qué transparentar los recursos que utilizó para realizar las fiestas navideñas, pues aseguró que fueron donativos de empresarios que no salieron del erario municipal, cuando debería saber o alguien informarle que el artículo 115 fracción IV de la Ley Orgánica del Municipio Libre establece que la Hacienda Pública está integrada, entre otros bienes, por las donaciones que recibiera, y por lo tanto, debieron ingresar a la contabilidad municipal y rendir cuentas de las mismas.

La falta de una respuesta transparente y satisfactoria con la que se pueda justificar todos los ingresos y egresos que no constan en los presupuestos nos permite exteriorizar a los ciudadanos toda clase de conjeturas sobre quiénes son los que aportan esos recursos y, lo más importante: ¿Qué les va a dar a cambio? Por lo pronto sabemos que unos de los bienhechores de la política asistencial de Gallardo es la empresa propietaria del desarrollo inmobiliario "El Gran Peñón". Se trata de una inversión que ha sido duramente criticada por la forma en la que obtuvo el permiso para el cambio de uso de suelo y porque la superficie que excede a la anchura reglamentaria de la principal vialidad, que tiene una longitud de 10 kilómetros, desde la prolongación de la avenida Juárez hasta la Zona Industrial, se le tomó en cuenta como si se tratara de una área de donación, independientemente de que el costo de esa vía correrá por cuenta del gobierno.

Es difícil calcular el valor de los cientos de miles de garrafones de agua, despensas, kilos de tortilla y otros bienes que sin costo alguno proyecta distribuir el alcalde entre decenas de miles de potosinos de las colonias más pobres de la ciudad durante su trienio, cuando ni siquiera se conoce el padrón de beneficiados. Sabemos que un kilo de tortilla anda entre 11 y 13 pesos, dependiendo del sector de la ciudad, aunque parece que este programa entrará en vigor hasta el 2017; y llenar un garrafón con agua purificada tiene un costo de 8 pesos. Si se tienen programadas 15 plantas que beneficiarían a 4 mil familias cada una, como lo ha presumido Gallardo, nos dan 60 mil familias beneficiadas con derecho a abastecerse de 4 garrafones por semana. Serían 240 mil garrafones semanales por 52 semanas del año, suman 12 millones 480 mil garrafones por 8 pesos cada uno; nos dan un costo de 99 millones 840 mil pesos. 

Este sólo programa le permitiría asegurar una clientela electoral cautiva que le allane el camino para incursionar con éxito en futuras aventuras políticas y afiance su cacicazgo regional. Sabemos que nadie, absolutamente nadie, le prestaría ayuda económica sin el interés inmediato de obtener un favor a cambio. Así se trate de "amigos", proveedores, fraccionadores, constructores, dueños de giros negros y otras actividades lícitas o ilícitas. Es evidente que cientos de millones de pesos están circulando fuera de las estrictas normas de la contabilidad gubernamental, pero lo peor del caso es que los órganos de fiscalización no hacen absolutamente nada para impedirlo. No estoy en contra de que el municipio apoye a ese sector de la población con programas asistenciales en la medida de sus posibilidades y sin desatender los servicios públicos que debe prestar. Lo que condeno es la falta de transparencia en el gasto público y el protagonismo del alcalde que quiere que le aplaudan cada vez que tapa un hoyo o le sale un diente.