¿De dónde viene el dinero?
Por Eduardo Martínez
Benavente
Hay una pregunta que
cada vez más potosinos nos hacemos: ¿De dónde provienen los recursos que se
están aplicando para atender los programas asistenciales que ha activado el
alcalde Ricardo Gallardo Juárez, si el Cabildo municipal sólo le autorizó una partida presupuestal destinada a "ayudas sociales a personas" por 4
millones 427 mil pesos para todo el ejercicio fiscal del 2016, y otros 8
millones 955 mil pesos que se distribuirán entre becas y programas de capacitación,
ayudas a instituciones de enseñanza y a instituciones sin fines de lucro; así
como ayudas a entidades de orden público y para desastres naturales y otros
siniestros? ¿Cómo es posible entonces que en los tres primeros meses de la
administración gallardista, con las finanzas quebradas, haya gastado casi 320
mil pesos diarios en "ayudas sociales a personas"? Veintiséis veces más de lo que se podría
erogar mensualmente con los recursos autorizados para el 2016; como se puede
verificar en el informe financiero municipal correspondiente al cuarto
trimestre del 2015. La cantidad autorizada para gastar en el 2016 es
evidentemente falsa e insostenible, así como la del último presupuesto de egresos del ex alcalde Mario García Valdés, que se modificó dos meses antes de que concluyera su mandato destinando una partida de casi 107 millones de pesos
para cubrir las "ayudas sociales a personas". Para alcanzar esa cifra
se sumaron arbitrariamente los descuentos otorgados a los contribuyentes por
concepto de Impuesto Predial y multas de tránsito, como si se tratara de un
egreso, lo que les permitió falsear la contabilidad gubernamental. El
presupuesto de egresos debe ser un cálculo razonable de lo que se pretende
gastar. Nunca un disparate. Debe coincidir con el presupuesto de ingresos. Y el
inmediato anterior, una vez actualizado o modificado, debe servir de referencia
para elaborar el nuevo.
Las pistas que va
dejando el dinero son los medios más efectivos para ir conociendo los aspectos
oscuros de esta administración que desde un principio ha mostrado su rechazo a
la transparencia y rendición de cuentas, al grado de negarle a un peticionario
de información pública algo tan elemental como son los nombres de los
representantes de las empresas que pagaron el programa "Fiesta de
Luz", y por haber prorrogado el plazo para contestar otra solicitud con el
que quiere ganar tiempo para calificarla como reservada. En esta solicitud se
le pidió una copia simple de la relación de empresas y/o empresarios que
aportaron recursos, en especie o en efectivo, para la realización del programa
"Posadas Navideñas 2015", mediante el cual se repartieron 40 mil
cobijas, 200 mil juguetes y un número indeterminado de despensas en distintas
colonias de la ciudad. El presidente municipal manifestó que no tiene por qué
transparentar los recursos que utilizó para realizar las fiestas navideñas,
pues aseguró que fueron donativos de empresarios que no salieron del erario
municipal, cuando debería saber o alguien informarle que el artículo 115
fracción IV de la Ley Orgánica del Municipio Libre establece que la Hacienda
Pública está integrada, entre otros bienes, por las donaciones que recibiera, y
por lo tanto, debieron ingresar a la contabilidad municipal y rendir cuentas de
las mismas.
La falta de una
respuesta transparente y satisfactoria con la que se pueda justificar todos los
ingresos y egresos que no constan en los presupuestos nos permite exteriorizar
a los ciudadanos toda clase de conjeturas sobre quiénes son los que aportan
esos recursos y, lo más importante: ¿Qué les va a dar a cambio? Por lo pronto
sabemos que unos de los bienhechores de la política asistencial de Gallardo es
la empresa propietaria del desarrollo inmobiliario "El Gran Peñón".
Se trata de una inversión que ha sido duramente criticada por la forma en la
que obtuvo el permiso para el cambio de uso de suelo y porque la superficie que
excede a la anchura reglamentaria de la principal vialidad, que tiene una
longitud de 10 kilómetros, desde la prolongación de la avenida Juárez hasta la
Zona Industrial, se le tomó en cuenta como si se tratara de una área de
donación, independientemente de que el costo de esa vía correrá por cuenta del
gobierno.
Es difícil calcular
el valor de los cientos de miles de garrafones de agua, despensas, kilos de
tortilla y otros bienes que sin costo alguno proyecta distribuir el alcalde
entre decenas de miles de potosinos de las colonias más pobres de la ciudad
durante su trienio, cuando ni siquiera se conoce el padrón de beneficiados.
Sabemos que un kilo de tortilla anda entre 11 y 13 pesos, dependiendo del
sector de la ciudad, aunque parece que este programa entrará en vigor hasta el
2017; y llenar un garrafón con agua purificada tiene un costo de 8 pesos. Si se
tienen programadas 15 plantas que beneficiarían a 4 mil familias cada una, como
lo ha presumido Gallardo, nos dan 60 mil familias beneficiadas con derecho a
abastecerse de 4 garrafones por semana. Serían 240 mil garrafones semanales por
52 semanas del año, suman 12 millones 480 mil garrafones por 8 pesos cada uno;
nos dan un costo de 99 millones 840 mil pesos.
Este sólo programa le
permitiría asegurar una clientela electoral cautiva que le allane el camino
para incursionar con éxito en futuras aventuras políticas y afiance su
cacicazgo regional. Sabemos que nadie, absolutamente nadie, le prestaría ayuda
económica sin el interés inmediato de obtener un favor a cambio. Así se trate
de "amigos", proveedores, fraccionadores, constructores, dueños de
giros negros y otras actividades lícitas o ilícitas. Es evidente que cientos de
millones de pesos están circulando fuera de las estrictas normas de la
contabilidad gubernamental, pero lo peor del caso es que los órganos de
fiscalización no hacen absolutamente nada para impedirlo. No estoy en contra de
que el municipio apoye a ese sector de la población con programas asistenciales
en la medida de sus posibilidades y sin desatender los servicios públicos que
debe prestar. Lo que condeno es la falta de transparencia en el gasto público y
el protagonismo del alcalde que quiere que le aplaudan cada vez que tapa un
hoyo o le sale un diente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario