Secretos mal guardados
Por Eduardo Martínez Benavente
Todo indica que la Comisión Estatal de
Garantía y Acceso a la Información Pública (CEGAIP) resolvió el recurso de queja que le presentamos hace más de 15
meses para que le ordenara al Gobierno del Estado a transparentar la
información relativa al convenio que celebró con la BMW, conforme o de acuerdo a las instrucciones que recibió
por parte de los operadores del gobernador Juan Manuel Carreras, por lo que la
información oficial seguirá siendo un secreto arbitrariamente guardado; y los
montos e incentivos otorgados a la empresa, que suman más de 3 mil millones de
pesos, serán dados a conocer hasta el 2021. Al gasto anterior habría que
agregarle una serie de apoyos difíciles de cuantificar, como es la condonación
del impuesto sobre la nómina por 10 años, el 80 % del Impuesto Predial y el de
Adquisición de Inmuebles, el valor de las licencias de construcción y las
autorizaciones municipales y ambientales, entre otros. Así como los incentivos
adicionales para la planta de motores y otros gastos que podrían sumar decenas
de millones de pesos. Me
atrevo a asegurar que el proyecto de la resolución emitida por la CEGAIP, y que
nos fue notificada el pasado 15 de diciembre, no fue elaborado por los
proyectistas de ese organismo, sino por un grupo de abogados del Poder
Ejecutivo o asesores externos, pues el estilo y argumentos que utilizan son muy
distintos a los que ordinariamente emplean en casos similares.
Pero lo que más nos agravia en esta
resolución es que la CEGAIP subsanó las deficiencias y omisiones de los
acuerdos de reserva que el Comité de Información de la Secretaría de Desarrollo
Económico emitió, ordenándole a esa Secretaría a dictar en un plazo de diez
días hábiles que comenzó a contar el 4 de enero, un nuevo acuerdo de reserva
mediante el cual, siguiendo los lineamiento de la resolución, modifique los
acuerdos de reserva e imponga nuevos candados y restricciones. En ninguna parte
del texto se autoriza la liberación parcial de la información como ha declarado la comisionada presidente,
ni se ordena la entrega de una versión pública. El organismo encargado de
garantizar el acceso a la información pública gubernamental no consideró en su
fallo que el convenio carece de validez porque no se ha publicado en el
Periódico Oficial del Estado, como lo dispone el artículo 70 de nuestra Constitución; ni analizó las consecuencias de que el Gobierno del Estado no
cuente con una partida presupuestal para hacerle frente a tantos compromisos.
Si tan solícita y obsequiosa se portócon el ente obligado, enmendándole la plana, otro tanto podía haber hecho
con el solicitante de la información.
Aquí cabría preguntarle al secretario
de Finanzas, José Luis Ugalde: ¿de dónde va a sacar recursos para pagar los
compromisos financieros que se suscribieron con la empresa, una vez que se
agoten los 750 millones de pesos derivados del préstamo bancario que administra
el Fideicomiso gubernamental? Calculo que en el 2016 tendrá que cubrir unos 2
mil millones de pesos y no tiene disponibilidad financiera ni partida
presupuestal autorizada. ¿Con qué va a pagar los 51 millones de pesos que
cuesta el derecho de paso? ¿O los 80 millones para la conexión con el sistema
principal de carreteras? ¿O los 124 millones que vale la conexión de la planta
con la vía férrea? ¿O los 655 millones de aportaciones para activos de la
empresa? Si a duras penas pudo cubrir los aguinaldos y no se ha iniciado
ninguna obra pública de relevancia.
Juan Manuel Carreras debe entender
que a estas alturas resulta inútil seguir reservando la información solicitada
pues el convenio se filtró hace más de un año y se dio a conocer ampliamente en
varios medios de comunicación local y nacional. Nadie lo ha desmentido y la
CEGAIP cuenta con una copia certificada agregada al expediente que corresponde
exactamente con la que cualquier interesado puede consultar en la página web de Proyecto Tábano. ¿Qué caso tiene firmar un Código de Conducta para losServidores Públicos, que según Carreras sienta las bases de la
transparencia y la honestidad en el trabajo de los funcionarios estatales, cuando
no se atreve a ordenar su publicación en el Periódico Oficial, violando la
Constitución del Estado?
No entiendo pues la razón por la
que el gobierno del estado insiste en mantenerlo oculto si la parte sustancial
del mismo, aunque no contemos con los anexos, revela los compromisos y montos
inaceptables que suscribió la administración del doctor Toranzo y que el
gobierno de Carreras está obligado a renegociar con los alemanes; como lo está
intentando el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, con los
coreanos de la fábrica de automóviles de la KIA. En esa entidad el convenio se hizo público y la sociedad está consciente de la enorme carga financiera que representa para el erario estatal, pues el monto de los incentivos fiscales e
infraestructura rebasan los 11 mil 500 millones de pesos, en una inversión que
suma 41 mil 250 millones; pero sobre todo, los regios están advertidos de que
no hay recursos disponibles para sufragarlos. Además de que su gobierno ha
denunciado las turbias negociaciones que se realizaron para la adquisición del
terreno, revelando las identidades de los que ilegalmente se beneficiaron con
esa operación. Es un tema que se está debatiendo en el Congreso del Estado,
universidades, medios de comunicación, organismos empresariales y, por
supuesto, en el interior del propio gobierno.
El Secretario de Desarrollo
Económico de Nuevo León, Fernando Turner, con el estilo directo y sin rodeos que
caracteriza a muchos de nuestros vecinos del norte, declaró hace unos días queno son válidos los incentivos que comprometió la administración anterior porque
el monto de los mismos supera con mucho a lo que el estado puede pagar. Que las
obligaciones con KIA no son suficientemente claras ni recíprocas y que es
necesario buscar un nuevo acuerdo proporcional a la capacidad económica del
estado, El gobernador le encargó de forma prioritaria a un comité de
empresarios la revisión del convenio y sentó a los coreanos a negociar.
Las inversiones extranjeras son la panacea para la justicia social dicen las voces oficiales, que porque generan empleo y los miserables gobernantes que nadie escogió, comprometen las finanzas públicas sometidos a dictados que el pueblo deconoce. Qué clase de democracia, es ésta?
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