Un voto por los independientes
Por Eduardo Martínez Benavente
La decisión del senador Octavio Pedroza Gaitán de no participar como precandidato del PAN a la gubernatura del estado es el mejor ejemplo de que los intereses personales de los dueños de los partidos están por encima de los intereses de la mayoría y, sobre todo, del bien común. Sus directivos prefieren recoger las migajas de un resultado electoral seguramente desastroso que perder el control del partido y sus prerrogativas, sin considerar que Pedroza Gaitán les garantizaba el mejor resultado electoral en el 2015 y hasta la posibilidad de alzarse con la gubernatura. No soportan la intransigencia del senador en las negociaciones de cargos y posiciones y la distancia que les guarda. Recuerdo que en la Legislatura que me tocó participar (2003-2006), ninguno de los diputados de Acción Nacional hacía algo para aminorar las observaciones que el Contador Mayor de Hacienda le señalaba a sus cuentas públicas cuando fungía como presidente municipal de la capital, no obstante de que eran defendibles, pues su negativa para otorgar favores le acarreó la animadversión de sus compañeros de partido.
Su decisión, que dice ser que es inamovible, no se justifica porque un político profesional con la experiencia de Pedroza Gaitán no puede renunciar a sus objetivos ni desilusionar a sus seguidores cuando se topa con la primera dificultad y menos conociendo las maquinaciones de su partido, como es el incremento inexplicable del padrón de afiliados que creció artificialmente con la intención de aplastarlo en la consulta interna y que parece ser que fue la gota que derramó el vaso. Era muy probable que la primera etapa del proceso de selección -la encuesta entre la población- la ganara por un amplio margen de aceptación que evitaría pasar a la elección interna entre los panistas, y a la que, hasta entonces, si se quisiera imponer, se debería de oponer para no caer en la trampa que le tenían tendida. ¿Qué creía? ¿Qué lo iban a nominar por aclamación o por un dedazo de la dirigencia nacional y estatal de su partido habiendo otros competidores y la férrea oposición de los dirigentes? Aventó la toalla y se rindió sin dar pelea. Así no puede reaccionar un político que sabe que la vía política está llena de obstáculos y que gobernar un estado es una tarea por demás difícil e ingrata. No corresponde a un político que aspira a gobernar un estado retirarse y dejar a sus simpatizantes y amigos sin una opción que consideraban viable y atractiva. Octavio Pedroza debe reconsiderar su decisión y participar como candidato independiente.
El Ayuntamiento de San Luis Potosí requiere urgentemente de un presidente municipal que se atreva a afectar los intereses de todos aquellos fraccionadores y constructores, que con la complicidad de las autoridades municipales, han evadido sus obligaciones fiscales enriqueciéndose a sus costillas. Si el municipio reclamara las áreas de donación que le corresponden y que le han sido escatimadas por estos pillos y cobrara los cientos de millones de pesos que no han pagado los principales deudores del impuesto predial, podría enderezar sus finanzas y salir de la crisis financiera que lo tiene en la bancarrota. Estamos ciertos que los candidatos de los partidos políticos con posibilidades de acceder a este cargo no harán nada por rescatar estos activos. Sus compromisos y los de sus partidos no les permiten afectar a sus patrocinadores. Por eso, es urgente postular a un candidato independiente con el perfil de un Guillermo Pizzuto o un Rodolfo Martínez Lavín, entre otros, que se irían con todo para recuperar lo que es de los potosinos.
Necesitamos diputados dispuestos a velar por los intereses de los potosinos, con valor para denunciar los ilícitos de los servidores públicos y con capacidad para fiscalizar sus cuentas, actuando en consecuencia. Y esto sólo será posible si llevamos al Congreso del Estado a un grupo de verdaderos representantes populares, ajenos a los intereses de los partidos políticos y del gobernador del estado. Estoy seguro que en cada uno de los 15 distritos electorales del estado encontraremos personas comprometidas con la legalidad y con vocación de servicio que acepten reducir radicalmente las remuneraciones y otros apoyos que reciben los diputados. Para los cuatro distritos de la capital podríamos proponer como candidatos independientes, entre otros, a Lupillo González, fundador y presidente de Ciudadanos Observando, una organización de participación ciudadana que se ha dado a conocer por las denuncias de corrupción debidamente fundadas que ha dirigido en contra de un buen número de funcionarios públicos y por su lucha para transparentar las cuentas públicas. Está la regidora panista con licencia Nadya Edith Rangel Zavala, a quien se le reconoce por la seriedad y profundidad de sus intervenciones en las sesiones de cabildo de la administración de Mario García Valdés. Está Rafael Aguilar, ampliamente conocido como "El Chiquilín", que desde muy joven a participado en movimientos civilistas destacando por su valor civil y estilo belicoso para enfrentar a los funcionarios corruptos. También está Gonzalo Benavente, a quien reconocemos por lo atinado y oportuno de sus críticas y observaciones; a los que los partidos políticos nunca les darían cabida para contender por una diputación porque saben que jamás se someterían a sus consignas y arreglos ilegales.